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lunes, 12 de diciembre de 2016


MOLUSCO CONTAGIOSO



El molusco contagioso es una patología dermatológica no muy conocida entre la población general, aunque constituye un motivo de consulta frecuente en el ámbito pediátrico y en dermatología. Se trata de una enfermedad vírica que se presenta en forma de pápulas, y además es autoinoculable y benigna.

El agente infeccioso causante es el virus Molluscum contagiosum, de la familia de los poxvirus, y aunque afecta a adultos y niños, se observa con más frecuencia en estos últimos, generalmente en pequeños de entre 2 y 3 años, y en edad escolar.

Este virus se contagia con facilidad, se transmite por contacto de personas infectadas (piel con piel), por contagio sexual y a través de objetos contaminados.  Durante el verano, el contagio suele ser más frecuente entre los niños generalmente por el mayor contacto piel con piel que se propicia al llevar menos ropa y por el factor humedad a consecuencia del uso de las piscinas principalmente públicas, que suele producirse durante el periodo estival.

Las lesiones que aparecen son semiesféricas y suelen presentar un tamaño variado, desde una cabeza de alfiler hasta un guisante, y una tonalidad similar al de la piel, ya con un aspecto céreo y blanquecino, ya con un color sonrosado o rojizo. Pueden aparecer de forma independiente o múltiple, y el dolor y rascado no son habituales, aunque en más de un 10% de los pacientes aparece con picor o prurito. De hecho, en este último caso es cuando, al rascarse, se tiende a favorecer la diseminación.

Se considera que el periodo de incubación es de entre 3 y 12 semanas. Las lesiones pueden desaparecer espontáneamente entre los 6 y 48 meses, siendo éste uno de los motivos por el que se debate si es necesario tratarlas o esperar a que se curen. Algunos expertos consideran que si se prolongan demasiado en el tiempo generalmente provocan desazón entre los niños y los cuidadores, y en algunos casos puede verse afectada su vida escolar y social. Por este motivo, algunos especialistas consideran que un tratamiento adecuado puede acortar la enfermedad, disminuir la aparición de moluscos nuevos y la transmisión, además de aumentar la calidad de vida del afectado.

El tratamiento suele aplicarse generalmente lesión a lesión, y en la mayoría de los casos tiende a ser largo y doloroso. Hasta se pueden dar casos de interacciones medicamentosas si las intervenciones son reiteradas.

Por todo lo descrito, en el abordaje de estas lesiones los medicamentos homeopáticos se presentan como una opción de interés en el caso de los moluscos contagiosos. Entre sus beneficios destacan:

1.    Son fáciles de tomar

2.    Nos son agresivos ni dolorosos y no se han descrito efectos adversos asociados a su toma.

3.    Ayudan a evitar recidivas.

4.    Se puede recurrir a la homeopatía, bien sólo para tratar las lesiones o como complemente del legrado en el caso de usar este sistema para el abordaje de las mismas.



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Para los virus el engystol es su peor pesadilla, ya tenemos documentados muchos casos de curación o atenuamiento de moluscos contagiosos siguiendo los tratamientos con ENGYSTOL.

En otros artículos de este blog tenemos la posología y los tratamientos a seguir.

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